La casa de mi infancia había sido testigo de mi crecimiento, de mis sonrisas y de mis lágrimas. Pero había algo en esa casa que me hacía sentir miedo, algo que me hacía sentir que no estaba sola. Era una niña, una niña que se escondía debajo del fregadero de la cocina. La primera vez que la vi, pensé que era una chiquilla que había escapado de la casa vecina. Pero cuando la vi de nuevo, una semana después, supe que no era normal.
La niña siempre estaba en el mismo lugar, debajo del fregadero, con lágrimas sucias en su rostro. Me daba miedo, pero al mismo tiempo me atraía. Quería saber quién era y por qué estaba allí. Pero la niña no me respondía. Solo me miraba con ojos tristes y me hacía sentir que estaba sola.
Con el tiempo, me olvidé de la niña. Me fui de esa casa y comencé una nueva vida. Me casé y tuve hijos. Pero el miedo a la niña del fregadero siempre estuvo allí, en el fondo de mi mente.
Años después, regresé a esa casa con mi familia. Mi hijo pequeño comenzó a hablar de una niña que había visto en el fregadero de la cocina. Me asusté.
Finalmente, me enfrenté a la niña del fregadero. Estaba en el mismo lugar, con las mismas lágrimas sucias en su rostro. Pero esta vez, no sentí miedo. Sentí una sensación de paz y de protección. La niña me miró y yo supe que era un fantasma, un ángel guardián que me había protegido durante toda mi infancia.
La niña había estado allí para mí, para protegerme de mi padre abusivo y de la violencia que vivíamos mi madre y yo. Ella estaba ahi cuando mi padre era conducido a la cárcel por haberle quitado la vida a mi madre luego de muchos maltratos, ella me cubría los ojos y oídos para escapar de esas escenas de dolor. La niña fantasma había estado allí para mí, para cuidarme y protegerme de esa realidad de mi infancia que había intentado olvidar.
Me acerqué a la niña y le dije que ya podía irse en paz. Que ahora yo estaba bien. La niña me miró con ojos tristes y desapareció. Me sentí aliviada y en paz. Finalmente, había encontrado la respuesta a mis preguntas y había podido cerrar un capítulo de mi vida.
¡Fin!
¿Te gustó este relato? ¡Vota por él y ayúdalo a convertirse en la historia de terror más votada del sitio!.