Les contaré una de tantas que he pasado. Esta fue cuando yo tenía 14 años y vivía en la Ciudad de México, cerca del zócalo. Era un edificio de 6 pisos, y yo vivía en el piso 4. El edificio tenía varios años y ya tenía algo de humedad. Dormía en el piso, sobre una colcha, ya que no podía dormir arriba. En el lugar donde dormía, había una puerta pequeña, como de un closet, que nunca se abría y que tenía mucha humedad.
Una de tantas noches, mientras estaba acostada ya para dormir, escuché en la puerta como si estuvieran tocando con unas uñas. Al principio no le di importancia, pero en la otra noche ocurrió lo mismo, se oía como si unas uñas estuvieran rasguñando la puerta.
Un día, la curiosidad me ganó y toqué con mis dedos como si estuviera tocando una puerta, pero en bajo. Al instante que hice eso, escuché lo mismo en respuesta a eso, y me invadió el miedo, se me erizó la piel. Cada noche pasaba lo mismo.
Empecé a experimentar parálisis del sueño con frecuencia. Llegó un momento en que dormía aterrada, al lado de la puerta. Les contaba a mis hermanas lo que pasaba, pero me decían que era mi imaginación. Incluso abrieron esa puerta para que yo viera que no había nada. En efecto, no había nada más que humedad. Ya no vivía a gusto ahí.
Después me cambié de cuarto y pasaron los meses, y me mudé de ahí. Ahora solo quedan recuerdos. Luego les cuento otra historia.
¡Fin!
¿Te gustó este relato? ¡Vota por él y ayúdalo a convertirse en la historia de terror más votada del sitio!.