En el pueblo de Ichanmichen, donde el pasado y el presente se entrelazan como las aguas del río, vivía un hombre llamado Julián. Con ochenta años a cuestas, Julián era un pescador legendario que había desarrollado una habilidad única para predecir las noches ideales para pescar. Su sexto sentido le permitía leer los caprichos del río y encontrar los lugares donde los peces abundaban.
Pero había algo más en Julián que su habilidad para pescar. Se decía que una presencia sobrenatural lo acompañaba en sus noches de pesca. Esta presencia invisible se materializaba en las noches ideales para pescar, susurrándole al oído: "Julián, hoy está buena la pesca". Con su atarraya en mano, Julián seguía el llamado de esta presencia, adentrándose en la noche oscura, siempre acompañado por este ser espectral.
Una noche, bajo la luz plateada de la luna, Julián se enfrentó a una visión que lo dejó congelado. Al final de su camino, una figura sobrenatural emergió de la oscuridad, con una forma que desafiaba la comprensión humana.El espíritu o criatura se parecía a un ser formado por dos figuras diferentes, como 2 seres espectrales, uno cargando a otro. A pesar de la sorpresa y el miedo, Julián mantuvo la calma y siguió adelante, sin permitir que la visión lo detuviera.
La experiencia de esa noche se convirtió en una leyenda oscura, un capítulo más en la historia de Julián, el pescador que había establecido un vínculo misterioso con fuerzas desconocidas. La historia se propagó por el pueblo, aumentando la leyenda de Julián y su conexión con lo desconocido.
¡Fin!
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