En la época que estuve en la universidad, tuve la necesidad de trabajar, por lo que acepté el trabajo de niñera pero no imaginé que mi vida cambiaría para siempre. La señora me recibió con una sonrisa cálida y me explicó las reglas de la casa. Los gemelos, Timmy y Tommy, eran un puñado de energía, pero siempre encontraba la forma de calmarlos con un episodio de su programa favorito.
Una noche, los padres salieron de viaje y me dejaron a cargo de los niños. Mientras dormía en la habitación de huéspedes, Timmy me despertó con un grito: "¡Ella ha vuelto!". Me senté en la cama, confundida, y de repente la puerta se abrió con un golpe. Me levanté de un salto y reuní a los niños en la sala. Les pregunté qué pasaba, pero se quedaron callados. Fue Tommy quien finalmente habló: "Es la mujer de blanco. Siempre está en la oscuridad, llorando. Papá no me cree, pero yo sé que es real".
Decidí que todos íbamos a dormir juntos en la sala. Hicimos una carpa y nos acurrucamos. Pero más tarde, cuando me desperté, vi a la mujer de blanco sentada en el sofá, observando la televisión. Mi corazón se detuvo. No podía hablar, solo temblar. La mujer se levantó y se acercó a mí, subió las escaleras y desapareció.
Cuando los padres regresaron, intenté contarles lo que había visto, pero no me creyeron. Me miraron con burla y me dijeron que estaba imaginando cosas. Mientras me despedía, vi a los niños en la ventana, ellos me observaban mientras me retiraba, pero pude ver que detrás de ellos había una figura oscura, que tenía la silueta de la mujer de blanco. Me fui de esa casa con un sentimiento de inquietud, y nunca supe qué les sucedió a aquellos niños inocentes.
¡Fin!
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