Se dice que hace muchos años, en la ciudad de Los Mochis, los empleados de la tienda departamental Bodega Aurrera, hablaban de la existencia del espíritu de una niña que rondaba la juguetería de este establecimiento. La leyenda relata que, en un día ordinario de trabajo, un trabajador encargado de esa área, revisaba por última vez que no quedara nadie en la tienda antes de cerrar.
Mientras pasaba por la juguetería, se percató de la presencia de una niña, de aspecto normal que vagaba al final del pasillo con una pelota en la mano. Al detenerse, el empleado la llamó para que se marchara, ya que era hora de cerrar. Sin embargo, el hombre comentó que la niña hizo caso omiso a sus palabras y continuó jugando, lo que llevó a este a acercarse más.
De repente, como si fuera un truco de magia, la figura de la menor se desvaneció, y la pelota que traía cayó al suelo, dejando al empleado completamente atónito. En ese momento, decidió alejarse del lugar.
La leyenda se volvió tan popular en Los Mochis que perduró durante años, causando que muchos clientes evitaran la juguetería de la tienda. Con el tiempo, este espacio fue reubicado en el centro de las instalaciones para borrar y olvidar esa historia.
Hoy en día, casi nadie la recuerda, pero se dice que este lugar alberga numerosos mitos y relatos que han sido compartidos por los empleados a lo largo de los años. Ya que fue una de las primeras tiendas departamentales extranjeras en establecerse en la ciudad y se convirtió en una de las más concurridas, gracias a su proximidad con el hospital general y los bulevares.
¡Fin!
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