Hace poco, perdí a una tía muy querida, alguien cercana a mí. Días después de su partida, la soñé. En el sueño, conversábamos como solíamos hacerlo, pero había algo sombrío en su semblante. Mientras hablábamos, su figura empezaba a cambiar, y pronto una densa nube de humo negro la envolvía, deformándose cada vez que intentaba moverse. Siempre decían, que la apagaron lentamente, como si su luz se hubiese extinguido poco a poco, hasta que inesperadamente falleció.
Apenas una semana después, sucedió algo extraño. Una noche, mientras cenábamos, noté una sombra afuera de la ventana. Al enfocar la vista, vi un enorme pájaro negro que nos observaba. Tenía el porte de una lechuza, pero era extraño: sus plumas eran negras, excepto en el rostro, donde se combinaban con tonos blancos. Sus ojos eran enormes y amarillos, con un centro oscuro, tan penetrantes que parecían ver más allá.
Movido por una mezcla de curiosidad y temor, salí corriendo, pero al llegar no había nada. El ave se había desvanecido, como si nunca hubiese estado ahí. Lo extraño era que nuestra ventana está justo al nivel de la calle. Aún no entiendo cómo pudo desaparecer tan rápido.
Desde ese momento, comenzaron a suceder cosas extrañas en la casa. Pequeños sonidos sin explicación, sensaciones de incomodidad, como si hubiera algo invisible rondando las habitaciones. La calma parecía haberse ido junto con mi tía, dejando un eco de su presencia. Sin embargo, con el tiempo, todo fue desapareciendo.
Actualmente, cuando pienso en lo ocurrido, no puedo evitar preguntarme; qué nos separa realmente del otro lado? y si de algún modo, mi tía quiso despedirse una última vez.
¡Fin!
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