Dilena, una mujer madura y solitaria, había perdido a su hermana recientemente. La echaba de menos, especialmente por las noches, cuando se sentaba sola en su casa, rodeada de recuerdos. Su trabajo en una casa de asistencia para ancianos la mantenía ocupada, pero no la hacía sentirse menos sola. Sin embargo, siempre encontraba un momento para recordar a su hermana, con una foto suya en un altar en su habitación.
Una noche, Dilena se despertó con el ruido de sirenas y patrullas. Al salir, vio la casa de sus vecinos en llamas. Aunque no quería involucrarse, una voz de su interior la impulsó a ayudar. Después de la tragedia, comenzó a sentir una presencia extraña en su casa, como si su hermana estuviera cerca.
Pero pronto, la presencia se volvió más intensa y amenazadora. Dilena empezó a escuchar sollozos y ruidos extraños en su casa. Una noche, se encontró con una figura pálida y sombría en su cocina, lo que la hizo gritar y desmayarse.
Después de ese incidente, Dilena se sintió aterrorizada y confundida. Buscó refugio en su fe y en su trabajo, pero la figura sombría la seguía acechando. Una noche, mientras rezaba en la iglesia, vio a la figura detrás de ella, y supo que algo malo estaba sucediendo.
Dilena se preparó para la peor eventualidad, pero la figura la siguió acechando. Una noche, mientras dormía, escuchó la voz de su hermana llamándola, pero algo le dijo que no era su hermana, sino un ser maligno. Dilena se defendió con agua bendita y oraciones, y finalmente logró ahuyentar al ser oscuro.
¡Fin!
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