En un tranquilo pueblo, Samuel, un chofer de autobús, se encuentra atrapado en la monotonía de su rutina diaria. Cada tarde, al caer el sol, recoge a un misterioso pasajero en una desierta parada a las afueras del pueblo. Este hombre de apariencia melancólica y ropas desgastadas sube al autobús con una presencia inquietante, siempre sentándose en la misma parte trasera, con la mirada fija en el horizonte.
La intriga de Samuel se convierte en obsesión, y decide investigar. Descubre que el hombre era un antiguo habitante del pueblo que perdió la vida en un trágico accidente en la misma ruta que él recorre a diario, coincidiendo con el accidente que tuvo su padre. Se da cuenta de la conexión perturbadora que lo une al espíritu del hombre fallecido.
El peso de la culpa y el miedo abruman a Samuel al enfrentarse a la realidad. Su padre, inadvertidamente, había causado la muerte del pasajero misterioso, y ahora el alma atormentada buscaba consuelo. Samuel enfrenta al espíritu a través de lágrimas y disculpas, intentando redimir a su padre y aliviar el sufrimiento del fantasma. La conexión entre el chofer y el espíritu se desvanece gradualmente, y el pasajero misterioso deja de aparecer en el autobús.
Sin embargo, el peso emocional que Samuel lleva perdura. Aunque su padre ya no está vivo, la sombra de sus acciones continúa atormentándolo, recordándole que algunas culpas son tan eternas como las almas perdidas en la niebla de la noche.
¡Fin!
¿Te gustó este relato? ¡Vota por él y ayúdalo a convertirse en la historia de terror más votada del sitio!.