Actualmente tengo 30 años, y lo que voy a contar a continuación, me ocurrió cuando tenía 7. Mis padres se habían divorciado, y yo vivía con mi papá, pero todos los fines de semana, me iba a la casa de mi mamá.
Recuerdo que mi abuela, me contaba historias de terror que me encantaba escuchar, sobre todo aquellas que trataban de brujas.
Nunca creí en ellas; pensaba que solo eran inventos suyos para darme miedo.
Pero un fin de semana, como de costumbre, fui a dormir a la casa de mi mamá, y a visitar a mi hermanita pequeña. Ella suele dormir sola, en una habitación separada, pero los días que la visito, me quedo a dormir con ella.
A altas horas de la noche, escuché un estruendo fuerte en el techo; supuse que era un gato, y traté de seguir durmiendo. Pero unos minutos después, sentí como si alguien golpeara con fuerza la ventana del cuarto, e inmediatamente escuché la voz de mi mamá, llamándome desde afuera, aunque sonaba algo distorsionada. Me pareció extraño, ya que ella nunca solía estar despierta a esa hora.
Inocentemente, me acerqué a la ventana y la abrí, pero apenas lo hice, sentí mucho miedo, porque frente a mí, había una mujer que no era mi mamá. Al instante, recordé las historias que mi abuela me contaba sobre las brujas, que aparecían para llevarse a los niños, e imaginé que algo malo quería hacerle a mi hermanita. Asustada, corrí a buscar la escoba, y la coloqué al revés detrás de la puerta, para impedir que entrara. Entonces, el ambiente se calmó por completo. Cerré la ventana, tomé a mi hermanita y corrí al cuarto de mi mamá.
A la mañana siguiente, le conté todo, pero no me creyó. Sin embargo, ahora que soy adulta, cada vez que la visito y me quedo a dormir en su casa, siento como si algo me vigilara.
¡Fin!
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