Durante mis años de estudio en la universidad, los guardias de seguridad solían contarme historias extrañas que ocurrían por la noche. Uno de ellos en particular, me reveló algo interesante. Antes de que la universidad alquilara el edificio, este había sido un hospital privado. Sin embargo, el hospital se había trasladado al edificio de al lado, mucho más grande.
Aunque siempre me ha interesado lo paranormal, no era un firme creyente de fantasmas; pero un incidente me hizo cuestionar mis creencias. Estaba realizando una actividad como becario, bajo la supervisión de una maestra, a quien necesitaba para consultarle algo, pero no la encontré en su oficina. Entonces, decidí ir a un salón cercano a organizar unos papeles, que debíamos entregar a los profesores.
En ese momento, vi a una mujer pasar por el pasillo. No pude distinguir su rostro, pero noté que llevaba una falda, una camiseta blanca y el cabello oscuro. Pensé que era la maestra, así que corrí tras ella para alcanzarla. Sin embargo, cuando llegué cerca de las escaleras, ya no estaba. Subí al segundo piso y la busqué por todos lados, pero no la encontré.
Me quedé inmóvil, con el corazón acelerado. Había desaparecido en cuestión de segundos. Aterrorizado, regresé al salón.
Cuando la maestra finalmente subió, le pregunté si había pasado por el pasillo hace un momento. Su respuesta me dejó aterrado. Me dijo que no, que había estado en una reunión todo el tiempo. Era época de vacaciones, y no había más de seis u ocho personas en el edificio, todos trabajadores administrativos, y los guardias de seguridad.
¡Fin!
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