En muchos lugares, sobre todo en las zonas rurales, se dice que el aullido de los perros, presagia una muerte inminente.
Dicen que el aullido de un perro, se asemeja al del coyote, pero con una diferencia clara. El coyote aúlla como si entonara una canción al atardecer, al ocaso, o dando la bienvenida a la noche o al alba. En contraste, el perro aúlla con un lamento, su sonido es de dolor.
Los ancianos, cuentan que cuando los perros aúllan, la gente sabe que alguien está destinado a morir. Puede ocurrir esa misma noche, al día siguiente, o incluso unos días después, pero el augurio siempre se cumple. Mientras tanto, los perros no cesan en su aullido.
En esos momentos, también se observa que los perros se alzan sobre sus patas traseras, y levantan la cabeza, como si miraran al cielo. En realidad, están olfateando el aroma imperceptible de la Muerte, un olor que solo ellos pueden detectar. Además, dicen que los perros pueden verla, sentir su presencia, y cuando se aproxima, la anuncian con sus aullidos. Aúllan sin parar, hasta que la persona destinada fallece.
¡Fin!
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