De acuerdo con antiguas creencias y mitos, se dice que los perros poseen la capacidad de percibir la presencia de la muerte. En muchas lugares de México, especialmente en los pueblos donde aún se respetan las tradiciones, existe la creencia de que, cuando la muerte merodea por las calles, los perros del vecindario empiezan a aullar.
Curiosamente, hay muchas historias que afirman que, la noche previa al fallecimiento de alguien, los perros de los alrededores lanzan aullidos estremecedores, como si pudieran anticipar la tragedia que se avecina. Es un lamento profundo, un sonido desgarrador que causa escalofríos.
Sin embargo, sus lamentos no son la única señal de mal augurio. También se dice que algunos perros, se erguirían en sus patas traseras y elevarían la cabeza, mirando hacia el cielo como si intentaran ver algo más allá de lo visible.
Se cuenta que estos aullidos, ocurren poco antes de la muerte de una persona, ya que los perros sienten la proximidad de la muerte. Asimismo, el lamento puede escucharse después de que alguien ha partido, pues el alma del fallecido, acompaña a la muerte de vuelta al mundo de los espíritus.
Además de percibir la presencia de la muerte, los perros también parecen anticipar cuando algo terrible está por suceder, gracias a su fino sentido del olfato, capaz de detectar el peculiar y tenebroso aroma de la parca.
No solo en México, sino también en otras partes del mundo, existen relatos de perros que aúllan justo antes de un desastre natural, como un terremoto. Aunque no se tiene certeza de si es una habilidad sobrenatural o una cuestión científica, esta antigua creencia ha mostrado algo de verdad en numerosas ocasiones.
¡Fin!
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