Una noche, mi pareja y yo nos acostamos en casa con la mala costumbre de ver videos en nuestro cuarto, que tiene una ventana que da al pasillo. Esa noche, como era habitual, la luz del cuarto estaba apagada, solo iluminados por la luz de nuestros celulares. De repente, la ventana se iluminó con una luz verde, como si alguien pasara con una linterna y luego la apagara.
Nos sorprendimos, pero el miedo nos invadió y ninguno de los dos quiso asomarse para ver qué era. La luz seguía pasando, encendiéndose con intensidad y luego apagándose lentamente. Ninguno de nuestros perros ladró, lo cual era extraño. Además, jamás escuchamos que la puertita del pasillo se abriera.
Decidimos armarnos de valor para asomarnos, pero justo cuando íbamos a hacerlo, escuchamos pasos corriendo en el pasillo hacia la calle, seguidos de un chillido de los perros. Esto nos detuvo y ya no nos asomamos. A la mañana siguiente, al asomarnos, la puerta estaba cerrada. Aún nos preguntamos qué habrá sido aquello.
¡Fin!
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