Estuve internada en la torre de especialidades del hospital civil viejo hace 2 años. Mi cuarto daba al panteón de Belén. Duré 9 meses enferma por un ataque de brujería, donde ningún doctor encontraba la causa. Llegué a pesar menos de 30 kilos e incluso recibí los santos oleos de un sacerdote. El caso fue tan crítico que después supe que enterraban cosas en mi jardín. Había un señor que, cada vez que oraba por mí, aparecía rasguñado y mordido.
Estuve un mes en estado crítico, agonizando. Estaban esperando que falleciera, esto fue en diciembre. En enero me internaron en el hospital civil. Un día, una enfermera entró, me tomó del brazo izquierdo y me dijo que no estaba enferma, que me habían embrujado. Me pidió que me mantuviera en silencio y que no se lo dijera a los doctores porque no me creerían. Me recomendó buscar al padre "Cejas", alias del padre exorcista.
La enfermera me puso un anticoagulante en el brazo y me dijo que si la necesitaba, le hablara, que estaría a mi lado. Pasaron los días y pregunté por ella, pero me dijeron que no trabajaba allí o que nunca la habían visto, que ni siquiera la conocían.
Me recuperé poco a poco y finalmente busqué al padre que ella me mencionó. Me recibió y lloró, lamentando el sufrimiento que me habían causado. Le hablé sobre la enfermera que me asistió y él me aseguró que era un ángel ayudándome en esa agonía.
¡Fin!
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