Cuando el sol se oculta, el campo de maíz se vuelve oscuro y el espantapájaros que planté en el campo parece cobrar vida. Me pregunto qué fuerza lo hace cambiar de lugar, como si tuviera una voluntad propia.
Me siento intrigado por su presencia, como si hubiera algo más detrás de su mirada vacía. Es como si el espíritu del campo hubiera tomado posesión de ese montón de paja y trapos viejos.
La noche trae consigo un ambiente misterioso, y el viento susurra secretos que solo el espantapájaros parece entender. Me parece escuchar pasos fuera de la casa, y cada vez, al asomarme por la ventana, lo veo allí, como una sombra tenebrosa bajo la luz de la luna.
El espantapájaros se ha convertido en un misterio que me atrae, un enigma que quiero descifrar. ¿Qué fuerza lo hace moverse sin que nadie lo toque? ¿Qué secreto guarda en su mirada vacía?
Ahora, cada tarde que el sol se esconde y el campo se pone oscuro, siento un respeto creciente por el viejo espantapájaros. Es como si hubiera descubierto una parte de su historia, campos que hemos trabajado y amado.
¡Fin!
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