En un pequeño pueblo rodeado de un denso bosque, la leyenda de una criatura misteriosa había persistido durante generaciones. Se decía que en las noches más oscuras, una figura encapuchada y sin rostro merodeaba entre los árboles, susurrando palabras ininteligibles y causando un miedo profundo en aquellos que se aventuraban cerca del bosque. Los lugareños evitaban el bosque a toda costa, temerosos de encontrarse con la criatura.
Sin embargo, un grupo de investigadores del folclore decidió desafiar la superstición y adentrarse en el bosque para descubrir la verdad detrás de la leyenda. Armados con cámaras y grabadoras, se adentraron en la oscuridad del bosque en una noche sin luna.
A medida que avanzaban, el bosque parecía cobrar vida propia, con ramas crujientes y susurros que parecían seguirlos. De repente, uno de los investigadores gritó, señalando hacia una figura oscura que se movía entre los árboles. La criatura, alta y encapuchada, se acercaba lentamente, susurrando palabras indescifrables.
El pánico se apoderó del grupo, que intentó retroceder, solo para descubrir que el bosque parecía cambiar a su alrededor, desorientándolos. Finalmente, lograron salir del bosque, pero la experiencia los dejó aterrados y cuestionando su propia cordura. Nunca más se aventuraron cerca del Bosque de los Susurros, y la leyenda de la criatura persistió, sin que nadie pudiera confirmar su existencia.
¡Fin!
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